Nos dijeron que ASEMAS es nuestro, es decir, de l@s colegiad@s, de l@s arquitect@s. Debe ser que los que pretendemos dedicarnos a esto que se llama arquitectura, no lo entendimos, o no quisimos entenderlo, o ambas cosas, o ninguna. Pero cuando un cliente (uno que paga y se comporta) entra en nuestro estudio, se le trata bien, con respeto. No digo ponerle una alfombra, pero casi. Parece ser que ASEMAS se mantiene al margen de este concepto. Es muy respetable. Pero en tiempos de crisis todo se destapa. Los ciudadanos pagan mas impuestos y, en nuestro caso, además pagamos cantidades casi indecentes (por no decir imposibles) para poder desarrollar nuestra actividad de forma legal. La Hostia de ASEMAS nada mas empezar el año (si tienes empresa, más) se convierte ahora en una losa demasiado pesada para la mayoría de nosotr@s. Ellos, mientras tanto, ponen la mano y miran para otro lado. Lo principal ahora es conseguir mantenerse. Manda huevos. ASEMAS cumple, respalda sin problemas cuando se presenta un siniestro. Para eso pagamos ¿no?. El problema de los monopolios es que la escasez de competencia hace, por una parte, que el que monopoliza maneje el cotarro a su antojo y por otra, que la sombra de la duda sobre el buen funcionamiento de otra empresa que pueda aparecer en escena siempre está presente y, por tanto, el lógico miedo a cambiar de bando. No me quiero extender mas con unas líneas que, conforme avanzan, se alimentan de despecho, ira y desazón. Simplemente me apetecía traer un artículo que elconfidencial.com publicó a principios del año que está a punto de expirar. Recogía la protesta del colectivo. El resultado ha sido, como era de esperar, nulo. Os dejamos con él: LA MUTUA DE LOS ARQUITECTOS LES ASFIXIA CON EL SEGURO ANTE LA CAÍDA DE LAS OBRAS. Asemas, la firma que asegura al 73% de los 50.000 arquitectos que hay en España, ha cambiado el sistema tarifario con el que trabajaba hasta finales de 2011 con sus asegurados. La compañía baja el coste de la prima fija, que siempre ha dependido del tipo de garantía que elegía el asegurado, a cambio de incluir otra comisión “en función de la obra anterior”, un concepto por el que ya pagaron en su día cuando aprobaron la obra correspondiente. Los arquitectos denuncian esta “doble tarifa” impuesta por la aseguradora, que busca nuevas fórmulas para obtener beneficios tras el desplome de un sector cuya actividad ha descendido de las 900.000 viviendas visadas en 2006 a solo 90.000 cuatro años después. Los datos de SArq (Sindicato de Arquitectos) ponen de manifiesto la precariedad del sector: uno de cada cuatro arquitectos trabaja bajo la figura ilegal del falso autónomo, utilizada “para encubrir la relación laboral empleado-empleador, simulando que es una relación mercantil empresario-cliente”. El 85% de los encuestados en esta situación reconoce que aceptó esta relación laboral porque no le dieron otra alternativa. Frente a estos, el resto trabaja por cuenta ajena (33%) o por cuenta propia (34%), mientras que el 8% restante son becarios o trabajadores en prácticas. Los afectados a los que más les ha subido la tarifa, algunos casos denuncian que el coste anual se ha duplicado, se echan las manos en la cabeza por no poder localizar a otra compañía que asegure toda la obra anterior por un precio más razonable. La asociación de Arquitectos ofrece a sus asociados un seguro más sencillo y económico con Lloyds, el mercado asegurador inglés, donde la prima a pagar se confecciona de acuerdo con la facturación de honorarios, sin más pagos que lo establecido inicialmente y con cobertura total de su historial, independientemente de los proyectos que surjan durante el año. De cara al siguiente año, se establece de nuevo la prima en función de la nueva facturación. “Es un trámite mucho más sencillo, y es como siempre se han realizado estos seguros en cualquier campo profesional, con un criterio que puede establecerse objetivo entre asegurado y asegurador”, dicen miembros del departamento de Seguros de la asociación de Arquitectos. Los arquitectos también se quejan de que Asemas aplica a cada asegurado un coeficiente de riesgo a través de una fórmula de carácter estadístico e "interno", por lo que se niega a facilitarla a los afectados que la han solicitado. Ni siquiera han querido explicársela a El Confidencial. Los afectados solo saben que la cuota fija es la suma de la prima por garantía más la prima por la obra anterior, multiplicada por el coeficiente de ponderación personal. La Aseguradora que no previó la crisis. A pesar de que las cuentas de la aseguradora están saneadas, ha bajado su nivel de ingresos con la crisis. Precisamente el colectivo de arquitectos achaca esta “subida” de precios a la bajada de ingresos por la prima variable o DRO que se paga por obra aprobada. “Nadie nos da otra explicación: como no pueden asegurar tantas obras nuevas como antes, no cobran. Lo que ellos llaman riesgo nuevo nosotros lo denominamos DRO, y nos ha costado mucho dinero todos estos años, ya se pagó cuando visamos la obra”. Los asegurados se encuentran atados de pies y manos, ya que si no pagan la cuota fija anual, se quedan sin cobertura. Los afectados piden responsabilidades a los colegios profesionales y que actúen dentro del consejo de administración de Asemas que ellos mismos forman para defender sus intereses y no cargarles con más gastos cuando la actividad en el sector ha bajado tan espectacularmente. También les instan a que defiendan los intereses de sus colegiados y mutualistas y reclaman elaborar una reclamación conjunta para enviarla al Servicio de Atención al Cliente de Asemas, además de estudiar si este sistema tarifario es legal y si la gestión ha sido correcta. Medio digitalArtículo de elconfidencial.com de Enero de 2012
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