No es nada nuevo que España es un país en horas bajas, bajísimas. Tampoco es nada nuevo que aquellos que dicen ser nuestros gobernantes, no tienen ni pajolera idea de cómo sacarnos del atolladero. Eso sí, recortes a mansalva (sus culitos que no se los toquen), manteniendo el cortijo que tienen montado a costa de quien sea.
Parece ser que, entre tijeretazos por aquí y por allá, no se han dado cuenta de que invertir en la formación de buenos profesionales para que otros les saquen partido, tampoco es buen negocio. L@s arquitect@s somos parte de esos profesionales que, con un talento fuera de dudas, tenemos que plantearnos el petate como forma de buscarnos las habichuelas. Según cuentan, traspasar nuestras fronteras supone pasar de ser "arreglapapeles" que tienen que trabajar por cuatro duros; cómplices del desastre que ha dejado la burbuja inmobiliaria y culpables punibles ante los ojos un juez, a ser considerados profesionales formados, altamente cualificados y requetebien valorados. Toma castaña. Por cierto ¿Tendrá algo que decir el CSCAE de esto? ¿Alguien sabe donde está? Para hacernos sentir orgullosos de nuestra raíces académicas viene un diario a mostrarnos los logros de algunos de nuestros colegas allá por el mundo mundial:
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Octubre 2020
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