Pues ya tenemos premiazo del año. El Pritzker de 2013 se va para Japón con un medallón de bronce y 100.000 pavos yankis que harían las delicias de mas de un@ que yo me sé. Eso sí, hay que ganárselo y este pureta de 71 años se lo merece.
Nació en Seur, llegó a Japón a los 12 años. Su primera pasión, en la que no debió destacar, fue el baseball. Le duró hasta su última etapa colegial, periodo en el que se pasó de pleno a la Arquitectura. Entre esta basta presentación y el final de la historia (en 2013 ganó un Prizker) hay mas (mucho mas) negro sobre blanco, del que hemos intentado hacer una digna recopilación.
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Octubre 2020
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